Durante una época pensaba que mi profesión era incompatible con la crianza. Pero, más tarde comprendí que me equivocaba.

Ahora sólo hace falta mirarlos a los ojos. Sé que han visto un ejemplo de fuerza y ​​coraje en la lucha por recuperar una carrera vocacional y complicada cuando una mujer ha pasado los 40.

Son los que me dicen que soy la mejor Mamá y admiran todo lo que hago y todo lo que soy. Procuro que mantengan su libertad y que sean conscientes de lo que ocurre a su alrededor, predicando con mis actos y también con sermones made in Lola.
Me siento orgullosa y muy afortunada de su existencia. Gracias por acompañarme en este viaje y enseñarme a vivir mejor.

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